EL VERDADERO RESULTADO ELECTORAL.

El magma mediático que avanza implacable tras una elecciones como las que acaban de tener lugar impiden una visión amplia y certera de lo que sucede realmente cada vez que hay una cita electoral con especial importancia en la del domingo pasado ya que tuvo lugar al abrigo de una de las movilización sociales más importantes sucedidas en España (y por extensión Europa) de los últimos años. Los terminales mediáticos de turno se afanan por enfatizar la victoria de unos o la derrota de otros y son pocos los que leen entre líneas tratando de ir un poco más allá que las inexactitudes ahora y siempre difundidas. Por ejemplo, decir que el PP ha obtenido una representación del 37% de los ciudadanos o que el PSOE ha obtenido una representación del 27% es, a todas luces, una falacia ya que esos porcentajes están calculados sobre los votos emitidos. En la gráfica real que estás viendo en este artículo se aprecia que han votado por el PP solo dos ciudadanos y medio de cada diez y por el PSOE, no llega a dos (exactamente el 1,8%). Estos resultados reales están calculados sobre el total de personas con derecho a voto contabilizando la abstención, el voto nulo y el voto en blanco así como los partidos minoritarios que si no obtienen representación según la Ley Electoral vigente directamente pasan a un limbo estadístico que se esfuma como por arte de magia. De estos resultados reales se desprende, entre otras cosas, que entre los dos superpartidos mayoritarios con toda su pompa y maquinaria partidista, con toda su financiación bancaria por los mismos bancos, con todos sus tentáculos mediáticos a pleno rendimiento, con horas y horas de presencia televisiva durante meses y meses en estos cuatro últimos años, horas y horas de radio, ríos de tinta en centenares de periódicos y revistas impresas, solo han recibido el voto del 42% de la población. Bastante menos de la mitad. Sin embargo, a prácticamente nadie le preocupa este dato. Dicho de otra manera, a un 58% de la población le importa un bledo el bipartidismo asentado por acción (voto en blanco y nulo) o por omisión (abstención). Ya sé que no es estadísticamente riguroso teorizar sobre los  motivos que hay detrás de la abstención o del voto nulo pero tampoco es estadísticamente riguroso hacer desaparecer de la muestra estadística, como mínimo, a un 17% de la población real (partidos minoritarios + voto en blanco + voto nulo) por no hablar del 33% de abstención que directamente se la refanfinfla al sistema, como si no existieran. Hay países donde el voto es obligatorio ¿lo sabías? No me gustan las obligaciones pero a ésta le encontraría su sentido. Que curioso que ninguno de los grandes partidos ni siquiera se lo plantee. En definitiva, más de la mitad no comulga con el bipartidismo dominante. Por si fuera poco, es un secreto a voces la manipulación de censos en varias poblaciones españolas donde inmigrantes con derecho a voto en las municipales son empadronados a decenas en solares, casas abandonadas o los propios consistorios y llevados en autobús a votar con la papeleta en la mano a cambio de un trabajo en el mejor de los casos o de una camiseta y un llavero en el peor. ¿Pero esto qué coño es?. No piense el lector que el espíritu del 15M es algo pasajero que ha perdido fuerza tras la cita electoral. Más bien al contrario, es un punto de inflexión histórico y el inicio de la puesta sobre la mesa de estas y otras muchas cosas.