COCHES SIN COMBUSTIBLE Y LO MONOS QUE SOMOS


Yo no sé a qué estamos esperando. El otro día llegó a mi conocimiento la iniciativa que varias empresas del sector automovilístico están llevando a cabo en paralelo para crear un coche propulsado por aire comprimido (lo podéis ver en la foto). Pero es que no se queda ahí. Indagando un poco averigüé que no son ninguna novedad. Ya a finales del s. XIX (hay quien dice que incluso antes) se fabricaron algunos prototipos de motores propulsados por aire comprimido. Algunos tranvías llegaron a circular en Nantes allá por 1800 propulsados de esta manera. Tampoco se queda ahí la cosa. En 1934, un tal Johannes Wardenier con solo 21 añitos anunció la creación del primer coche sin combustible del mundo. Al poco de difundirse la noticia, fue extrañamente encarcelado en una institución mental, el diseño de su motor desapareció misteriosamente y a él no se le permitió hablar con nadie el resto de su vida. Terminó sus días en un campo de concentración no se sabe muy bien por qué. Tras la II Guerra Mundial, se desvanece el concepto y en los años 70 se retoma mediante varias iniciativas. Una en Estados Unidos que no pudo financiarse y cedió los derechos de venta a la NASA y al Ejército norteamericano. Otro en  Italia como alternativa al coche eléctrico. Uno más en California, que era un camión (1976). En 1980, un horticultor creó un vehículo en su garaje después de 15 años capaz de recorrer más de 3000 kilómetros con el aire que cabe en una garrafa de 5 litros de agua vacía. Poco después, otro inventor, esta vez un albañil jubilado australiano, convirtió un viejo Opel de 12 años en un vehículo propulsado por aire comprimido. Ha habido varios intentos más. En la actualidad, como decía al principio, fabricantes como la francesa MDI, la india Tata, la española Air Car Factories o la coreana Energine tiene ya sus vehículos listos para funcionar. Pueden costar no más de 3000 € y algunos tienen hasta 5 plazas. Pueden recorrer 300 kilómetros por 1,5 € a una velocidad de 105 kilómetros por hora. No contaminan. No necesitan gasolina. Es la solución para algunos de los problemas mas acuciantes que atentan contra la sostenibilidad económica y ecológica del planeta y tenemos las soluciones delante de nuestras narices. La pregunta es… ¿estamos gilipollas o qué nos pasa? ¿Qué pasaría si la masa borrega del planeta en la que nos hemos convertido fuese conocedora de este tipo de información? ¿Cómo es posible que la gente tenga que poco menos que pedir un préstamo para llenar su coche de combustible teniendo desde hace más de un siglo este tipo de alternativas? Diré más, también hay coches propulsados con agua. Con vapor de agua para ser exactos. ¿Cómo no iba a haberlos si ha habido barcos de vapor y locomotoras de vapor? Aquí ha vuelto a pasar lo mismo. Podría esforzarme en explicarlo pero mejor os lo cuento con el extracto de una conferencia a la que asistí de Pilar Jericó.
Un equipo de científicos colocó a cinco monos en una jaula y, en su interior, una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía a la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre el resto. Después de algún tiempo, cuando algún mono intentaba subir, los demás se lo impedían a palos. Al final, ninguno se atrevía a subir a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos. Lo primero que hizo el nuevo fue subir por la escalera, pero los demás le hicieron bajar rápidamente y le pegaron. Después de algunos golpes, el nuevo integrante del grupo ya no volvió a subir por la escalera. Cambiaron otro mono y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza al novato. Cambiaron un tercero y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fueron sustituidos. Los científicos se quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos. Ninguno de ellos había recibido el baño de agua fría, pero continuaban golpeando a aquel que intentaba llegar a los plátanos. Si fuese posible preguntarle a alguno de ellos por qué pegaban a quien intentase subir a la escalera, seguramente la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”. Pues eso.