RABADILLA A PRUEBA DE BOMBAS


El otro día, mi faceta temeraria, me empujó a adentrarme en bicicleta por el camí de cavalls en su tramo comprendido entre Cala´n Bosch y Cala Blanca. En realidad desde la Cova dels Pardals hasta Cala Blanca. Mi primera sorpresa me la llevé cuando encontré dicha cova cerrada a calicanto lo que impide al caminante o al ciclista que ésta sea visitada. No sé si permanecerá así mucho tiempo pero sería una pena impedir la entrada al transeúnte que desee visitarla. Al habla con otro par de ciclistas que pararon justo allí para reponer fuerzas tuve una interesante conversación sobre el camí de cavalls. Me dijeron que hacía el oeste podría llegar sin dificultad hasta Son Saura por el camí pero que debía de elegir una especie de senda que discurre por el camí de cavalls oficial dado que sería más cómodo para mi rabadilla y mis riñones. Literalmente me dijeron: “És molt fàcil traçar el recorregut d'un camí des d'una oficina”. Así que tras la conversación inicié mi excursión en dirección contraria. Tras el agradable recorrido por las todavía desiertas calles de Son Xoriguer y el puerto deportivo de Cala´n Bosch, me detuve a contemplar, una vez más, el majestuoso Faro de Cap D´Artrutx, del que ya hablé hace un par de semanas en este mismo espacio en un artículo titulado La isla de los ¿5? Faros y que puedes leer si te lo perdiste en www.elgranlebowski.com. He oído rumores de que alguien pensó en hacer un restaurante en dicho enclave lo que me entristeció bastante al pensar en mil y un uso públicos que esa hermosura podría tener. Continué lentamente con mi bicicleta bordeando la isla buscando el lugar en el que recuperar el hilo del camí. Sin bajarme de la bici, atisbé las irregularidades del mismo a medida que este se adentraba en Son Olivaret y, equivocadamente ahora, concluí que no eran muchas así que me decidí a recorrerlo. Había oído que existía un campo de tiro en él así que lo transité poco menos que con las manos arriba en señal de rendición. Lo que al principio parecía un recorrido sencillo para hacer en bicicleta se volvió absolutamente impracticable cuando te encuentras justo en la mitad de su tramo, poco antes de Son Cabrisses, y ya es absurdo plantearse el dar la vuelta. En ese momento, la mejor opción es terminar de recorrer el tramo aunque sea con la bicicleta al hombro. Con todo y con eso, mi pertinaz terquedad me mantuvo encima de la bicicleta la mayor parte del tramo consiguiendo una tensión pubococcígea similar en dureza a la madera de pino y endurecer la rabadilla tanto como para que una mina antipersonal detonada en mi perineo no me hiciera ni cosquillas. No discuto que, como método de entrenamiento para marines americanos y mercenarios de guardar, tengo su sentido pero para el excursionista de a pie o turista veraniego me temo que es un nivel de exigencia demasiado alto. Aún así, el tramo del camí del que hablo constituye un interesante entretenimiento con una importante presencia de restos militares que bien merecen una visita aunque sea a pie. Así que no se si desbarro en demasía planteando desde aquí o bien una mejora del camí de cavalls para poder ser también un camí de velos o, como mínimo, incluir en la información del mismo que se facilita en las tourist info qué tramos son susceptibles de ser recorridos en bicicleta o, al menos, colocar un cartel-aviso que diga: “Se puede recorrer en bicicleta solo si tiene la rabadilla a prueba de bombas”.