TONINO CAROTONE

Antes de ayer, tuvo lugar en un conocido local de Es Pla de Ciutadella un concierto a traición que bien hubiese merecido un recinto más grande. Me refiero a la discreta visita de Antonio de la Cuesta, alias, Tonino Carotone, a Menorca. Aunque el concierto estaba previsto para las 23:30 horas y como no podía ser de otra manera, al más puro estilo Tonino, dio comienzo a las 00:10. Acompañaban a Tonino, Under, excelente guitarrista y Piluca, la pseudofolklórica acompañante que pinta más de lo que parece. Desenfada y dotada en todos los sentidos era quien ponía el rigor, repartía los tiempos, mandaba ajustar el sonido a los técnicos e incluso retocaba el repertorio sobre la marcha. Destaca el Parole que interpretó en solitario mientras Tonino se retiró todos sabemos a qué. Pero no adelantemos acontecimientos, Under, el entregado guitarrista, abrió la actuación con unos acústicos punteos que sirvieron para recibir al personal y avisarle que, aunque con retraso, el concierto había llegado. Acto seguido, Tonino penetró en es exiguo escenario pertrechado con su whiskey y su puro amén de su ya típico vestuario consistente en  pantalón, zapatos, chaleco y sombrero negros más la camisa blanca. Los complementos naturales que posee, pelo largo (el poco que le queda) y el original bigote, completaban la puesta en escena. Con su mítica frase: “E un mondo dificile” abrió y casi cerró el concierto a modo de consabido guiño a sus entregada parroquia. No se debe de pasar por alto el llamamiento que hizo cuando el concierto tocaba a su fin teniendo en cuenta donde se celebraba al decir: “sin puñaladas ¿eh?”. El espectáculo en sí fue de notable alto aunque correcto es también mencionar algunas estridencias que empañaron algo el brillo del artista. Está bien consumir alcohol y tabaco, como deja bien claro la canción que interpretó “Sé que bebo, sé que fumo”. Lo que como espectador no está tan bien es que se alcancen cotas etílicas que puedan volverse contra el espectáculo. No ocurrió, pero faltó muy poco. Tonino, nadie de tu entorno te lo va a decir. Así que te lo digo yo. No te autodestruyas, evoluciona hasta el punto de equilibrio que necesites tener para que podamos disfrutar de tu arte mucho, mucho tiempo. Estoy hasta los scrutels que las carreras artísticas con talento se terminen antes de hora porque que ese punto de freno no se sabe detectar. Dicho esto, hubo varios puntos  álgidos en el espectáculo. Por supuesto, su temazo y gran éxito “Me cago en el amor” pero también otros temas sorprendentes y menos conocidos como “El provinciano”, “De Vuelta por Buenos Aires” o “Hidromiel”, en honor al bar de su barrio que frecuenta (creo). Digo “creo”, porque aunque empezó locuaz y mordaz, a medida que el concierto avanzaba, se le entendía menos y se diluían sus ocurrencias, siempre bien salvadas por la carcajada de boca abierta con puro al centro. Sus reflexiones sobre la filosofia de las compañías aéreas low-cost fueron especialmente acertadas cuando comentó que si viajas con una guitarra tienes que pagarle otro asiento, lo cual es rigurosamente cierto. “La parienta” fue otro de los temas interpretados intercalados con versiones del “Tu vuo´fa´l´americano”, que interpretó en dos ocasiones (una de ellas en bis) o “Sapore de mare”. Ambas que merecen estar por méritos propios en el olimpo de las mejores versiones musicales de canciones del s.XX. Por dos ocasiones, venido arriba, se puso a caminar por la barra mientras los demás nos asegurábamos que no tiraba los cubatas y le sujetábamos el cable del micrófono. Cuando se retiró del escenario para dejar que Under y Piluca recibieran los aplausos del respetable, él dio un brinco cuya caída hizo temer por la cristalería, copas y botellas de la contrabarra pero que consiguió clavar la salida para sorpresa de muchos de los presentes. Un mal entendido aplauso pedido al público para los fallecidos en accidentes de tráfico desconectó al artista de la platea. Por último, un par de desbocadas situaciones (subida al escenario de la madre de Tonino –al parecer-) y alguien más que no quedó claro quien era, cerraron una enigmática noche que espero que se repita. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a ver a Tonino Carotone, il uomo, actuando en Ciutadella? Cosas veredes.