TORRENTE 4

Este fin de semana tenía lugar el estreno de Torrente 4 en 3D que a la sazon se ha convertido en el estreno más exitoso de la historia del cine español recaudando mas de 8 millones de euros en el primer fin de semana de los que 9 son míos. Si, si… 9 euros me costó la broma porque si quieres ver una película en 3D, por arte de birlibirloque, la entrada se encarece un 50% más a cambio de colocarte unas futuristas, sucias y malolientes gafas y salir algo mareado de la sala. En adición a ello, la entrada a la sala y la salida de la misma se eterniza al tener que hacer una fila india para acceder y desalojar la misma en previsión de que algún espectador contemple la posibilidad de hurtarlas. Un paquete de papas, por no querer hacer cola para las palomitas y un miserable puñado de gominotas me costaron 4 euros con 50 céntimos más. Llevamos 13, 50 €. Pero no acaba ahí porque ir al cine de Mahón y dejar el coche en el aparcamiento, contrariamente a lo que se pudiera pensar, no es gratuito sino que solo te da derecho a un descuento con lo que terminas pagando otros 2 euros, al menos en mi caso. Y eso que yo fui solo. He hecho cuentas de lo que puede costarle a un matrimonio con dos niños ir un día al cine en Menorca y me salen unas 10.000 pesetas, es decir, aproximadamente 60 euros. Todo depende de la cantidad de palomitas que estés dispuesto a engullir. La verdad, me parece a mí que lo tienen claro los que piensan que la gente va a preferir ir al cine que verla cómodamente en su casa. 

De todos modos (centrémonos en la peli), al admirar a Santiago Segura como creador y showman decidí ver la cuarta entrega de la saga Torrente en el cine dándole a ganar dinerito trayendo a mi cabeza la necesaria solidaridad con el cine español. Pero me parece que no lo voy a volver hacer. La solución es cobrar 1 euro por ver una película de estreno online. La gente (al menos yo) lo pagaría encantado (nada de 2 o 3 euros, 1) por verla y oírla con calidad y sin toses o gente que aparece en pantalla levantándose y evitando esperar 72 (o 52) minutos para verla entera o apagar y encender el módem (este es un truco que os regalo hoy, por si no lo sabíais –es decir, si apagas y enciendes puedes saltarte la limitación de minutos en las consabidas páginas de visionado de cine online-). Además la industria saldría ganando ya que serían más de un millón de personas las que verían la película de turno. Pero bueno, no nos desviemos. 

Hablemos de la película. Se observa una cierta tendencia y presión por ir a ver un esperado estreno el primer fin de semana ya que para los siguientes fines de semana, los que han ido el primero ya recomiendas o denostan la película por lo que (para mí hay un poco de engaño) la maquinaria publicitaria se esfuerza por que vayan el máximo número de espectados posible el primer fin de semana no vaya a ser que la película sea mala… que con Torrente 4, es el caso. Tiene varios golpes propios del talento de su creado pero dista mucho de ser una película redonda, no si quiera recomendable. Lo que es seguro es que no vale el precio de una entrada de cine de nueve euros. El debut de Paquirrín (Rin Rin, en la película, hasta el nombre no convence) se desvanece rápidamente al comprobar que Dios no lo ha llamado por el camino de la interpretación. A mí me cae muy bien el chaval, pero con la expresividad de una morsa no se tiene que pretender ser actor. La larga lista de cameos de la película es quizá lo más interesante. Ver cómo unos están integrados en la trama con mayor o menor acierto tiene su encanto; aunque también te entran ganas de echarte a llorar al ver lo que es capaz de degradarse un famoso con tal de salir en una película. Es el caso de Belén Esteban que merece un Goya, pero lanzado a la cara. El malo de la película en todos los sentidos, es Francisco (el cantante). Llama la atención especialmente que no le hayan respetado ni la voz (siendo cantante) ya que lo dobla Pepe Navarro. El hedor de la intervención de Antena 3 Films en la película coge forma al tener que soportar el cameo de la periodista de la vena hinchada, nada más comenzar el metraje o el inefable gemelo desavenido colaborador de la cadena televisiva, al que también hay que soportar intentando actuar. Huele también especialmente el inexplicable cameo de la nieta del dictador y su actual pareja, que entiendo que participaron a modo de hobbie. Pues, no hobbas. Pero no todos son reprobables. Recuperar a Fernando Esteso me ha parecido tan acertado como a Toni Leblanc en su momento, aunque su presencia en las cuatro entregas se ha estirado tanto que se ha roto. Varios jugadores del Real Madrid y del Athlético de Madrid junto con Buenafuente (en esta sí se ve la cara y casi la masa peneana) junto con Carmen de Mairena, Josemi o Wyoming salvan su participación. Mención especial merece la sorprendente presencia del ínclito Juanito Navarro al que unas palabras en los títulos de crédito de la película le dedican la misma por su reciente deceso. 

La trama en sí no se sostiene ni es verosímil. Da la sensación de estar escrita con prisa y rodada despacio. Pero eso ya sería otro tema. No obstante, vayan a verla y juzguen ustedes mismos. El 4 creo que es de las veces que te ríes. No puedo no comentar el mayor de los aciertos de Segura que es incrustar, esta vez perfectamente, en la película un duelo entre John Cobra y Batu The Dog, que ha captado el interés de los internautas durante años por sus retos a través de Youtube. La aparición de ambos de la manera que aparecen, me parece una genialidad. Las escenas de sexo casi explícito de María Lapiedra, un primer plano de un ano, junto con un móvil extraído del recto de Barragán (recuerdo, en 3D) son de lo más destacado.