Me ha vuelto a ocurrir. He vuelto a entrevistarme con una paciente que a la pregunta de si está tomando algún psicofármaco me ha dicho que estaba tomando antidepresivos y ansiolíticos desde hacía 9 años. Cada vez que me encuentro con este tipo de situaciones, se me revuelven las tripas. La industria farmacéutica ha conseguido que la gente consuma sus drogas con determinación y alegría. No importa que el prospecto enumere un sinfín de efectos secundarios y contraindicaciones. La gente se arremolina en los ambulatorios como zombies para recoger su dosis del mayor camello legal que ha conocido la historia: la farmacia. Poco importa que haya otros enfoques y abordajes terapéuticos capaces de sanar a la persona sin necesidad de doparlo como dopan a los delfines en los acuarios o a los tigres en los zoológicos. La medicina en general y , el lobby farmacéutico en particular, se han posicionado de manera tal que han dominado todos los resortes mediáticos consiguiendo que cuando te diriges a un paciente en estos términos, te mire raro y tengas que esforzarte mucho para que comulgue con estos principios. Tal vez la cultura de la pastilla tenga que ver con el halo que mágicamente aparece detrás de la calva a quien tiene el poder de recetar porque sino no me explico cómo desde dentro (esto es, los propios médicos) hay pocas (por no decir ninguna) voces críticas contra el establishment químico. Upss! Se me olvidaba. Puede que haya otra explicación. Me acabo de acordar que el visitador médico le regala un jamón al médico cuando alcanza un número “X” de recetas de determinado medicamento. Y también le regalan un plasma de 42” si alcanza el número de “3X” de recetas de ese determinado medicamento. Y, al parecer, el médico recibe un viaje a Cancún gratis (disfrazado en forma de asistencia a un congreso –que es una manera elegante de irse de putas-) cuando alcanza la cantidad de “5X” de un determinado medicamento. Esto me hace necesariamente plantearme algunas preguntas. Si el médico quiere el plasma o el viaje…. ¿cabe la posibilidad de que recete un fármaco a un paciente sin en realidad necesitarlo? Obviamente, sí. No hace mucho asistí a un congreso de psiquiatría donde aparte de las ponencias (sin duda, algunas interesante) había montado un mercadillo del psicofármaco donde lo menos importante era el paciente. Las drogas legales campan a sus anchas por nuestra sociedad. El tabaco y el alcohol son quizá las más conocidas. Pero hay un cuarto trastero, sucio y maloliente que es todavía más peligroso que los que acabo de mencionar, y este cuarto trastero es la industria farmacéutica. Si Ud. es de esas personas que toman durante psicofármacos, permítase la licencia de revisarse la medicación. Investigue y averigüe si en realidad los necesita. Cerciorese si no hay otras disciplinas, como la psicología, que puedan ayudarle sin doparle ya que el psicofármaco, si bien necesario en ocasiones y de una manera acotada en el tiempo, enmascara e impide que el paciente utilice toda su lucidez para solucionar sus problemas. Bueno queda dicho, yo me voy de vacaciones. Solo me querían poner 16 vacunas para evitar que enfermara al desplazarme a determinados lugares. Les he dicho que las vacunas se las dispensen a sus respectivas madres y… me han hecho caso.
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