Ayer tuve ocasión de hablar con Aminatou Haidar mientas participaba en una tertulia radiofónica. Se dirigía en autobús hacia un aeropuerto en el que cogería un vuelo en dirección a El Aaiún. Así que seguramente hoy ya habrá sido noticia y, si no, lo será en los próximos días ya que, como recordareis, a finales del año pasado protagonizó una huelga de hambre de 32 días en el aeropuerto canario de Lanzarote tras ser expulsada ilegalmente del antiguo Sahara Occidental. Preguntada sobre los motivos que le llevan de nuevo a territorio comanche contestó que ella considera que su pueblo está en lucha y que va a apoyar la causa. Cabe recordar que es madre de dos hijos que residen en El Aaiún y que Marruecos retiró a Aminatou el poder de expatriación de los mismos. En mi opinión es difícil ponerse en la piel de una persona de tales características. Viajar a El Aaiún de nuevo significa que podrá ser detenida en cualquier momento por las autoridades marroquíes. Dicho de otro modo, se ha convertido en un grano en el culo para Marruecos al contar llevar consigo el altavoz mediático que su confinamiento en una cárcel durante 7 meses en 2005 o la participación en una marcha pacífica con tan solo 21 años en 1987 para exigir el referéndum prometido para la región, le confirieron. Es ahí cuando comenzó el icono Aminotou. Ahora reaparece para luchar ejerciendo la presión mediática que su sola presencia produce. Me quedé con ganas de preguntarle que nos explicara a todos, como si tuviéramos 6 años, exactamente qué sucede en la zona porque, no se tú, pero yo no lo termino de entender. Me inclino a pensar que España y Marruecos en primer lugar y el resto del mundo, por extensión, dieron la espalda a este trozo de desierto por ser precisamente eso, un trozo de desierto. Si el subsuelo tuviera gas o petróleo seguramente ya hubiera suscitado en su momento el interés de las grandes potencias y el problema se hubiese resuelto hace muchos años. De todos modos, lo destacable de la figura de Aminatou es la tenacidad y perseverancia de su lucha. No francamente no entiendo con exactitud lo que sucede pero si reconozco en su figura un estandarte similar al de Rosa Parks, aquella ciudadana afroamericana que el 1 de diciembre de 1955 se negó a levantarse de un asiento de un autobús de Montgomery en principio destinado a los blancos. Ese gesto cambio el mundo. La lucha de Aminatou tiene visos de ir por los mismos derroteros. Personajes de este tipo provocan la pregunta de si una persona sola es capaz de producir grandes cambios sociológicos e históricos. Parece ser que sí, sin embargo, aún teniendo claro que sí, no son muchas las personas decididas a pagar el precio (a menudo agresiones o prisión) necesario para producir esos cambios. Hace unos días, visioné un documental que versaba sobre la sumisión a la autoridad y cómo en nombre de esa obediencia adquirida casi genéticamente, el proceso de revelación y rebeldía antes la misma supone un stress psicológico interior que pocas personas son capaces de soportar. Es por ello que en estos días que se cumplirán 55 años de la negativa de Rosa Parks a levantarse y que Aminatou se encuentra en El Aaiún puede ser un buen momento para reflexionar sobre ello. Se trata de una reflexión a todas luces individual pero todos estaremos de acuerdo que las grandes movilizaciones de masas comienzan con un número suficiente de reflexiones individuales unidas. Ayer Corea del Norte ha bombardeado un islote de Corea del Sur. El mundo tiene el culo apretado en estos momentos. Seguramente a estas horas ya habremos escuchado algunas declaraciones pre-bélicas (¡ojala me equivoque!); así que, con más motivo, espero y deseo que un número suficiente de reflexiones individuales conecten en eso que podemos llamar sentido común colectivo y se oponga a los poderes fácticos que ya han demostrado su ineptitud en resolver determinadas cuestiones de una manera no lesiva para nadie. Es momento de resistirse pacíficamente a los orquestados intentos de manipularnos a través de los grandes medios de comunicación. Aminatou, Rosa, tú y yo podríamos ser una excepción.